Thursday 13 March 2014

Annyeonghaseyo

Annyeonghaseyo!

desde septiembre ha llovido, y me refiero a ello tanto metafórica como literalmente.
Hacía bastante tiempo que no me pasaba por el blog, si bien, lo había abierto un par de veces, pero la desgana y el desánimo por no querer expresar el desaliento me pudieron en las ocasiones que se presentaron.
Releyendo la última entrada me ha dado un poco la risa tonta, ¡inocente! pienso ahora. No escarmiento de pensar, 'esta es mi oportunidad' 'este es el momento' 'será un gran año' 'será maravilloso' ¡ILUSA! -.- Ni este año está siendo maravilloso, ni es mi oportunidad, ni es el momento...de hecho es todo más o menos como siempre.
Que es algo nuevo, no lo negaré, que me he independizado en gran medida, también lo admito, que estoy despojándome de limitaciones, bueno, en parte...pero que sigo igual, también.
Llevo casi seis meses viviendo de manera independiente, enfrentándome a un camino pedregoso, con mucha pendiente y del que constantemente se desprenden rocas que no hacen más que rebotar sobre mi.
Seis meses que dieron comienzo con una ilusión y unas esperanzas que poco a poco se fueron tiñendo de realidad. Pasé de la excitación al miedo absoluto, la desánimo y pesadumbre, pero después le llegó el turno a la autosuperación, a la aceptación y finalmente a la supervivencia.
En ese proceso me he ido sintiendo sola, he llorado como un niño pequeño que busca a su madre en el silencio y vacío de un mini estudio. Me he visto impotente sentada en el suelo en un rincón de mi pequeña guarida, pensando cómo afrontar el diario que yo sola había escogido.
Las aventuras nunca se sopesan, pero cuando en ellas te juegas un futuro, el choque con la realidad es más traumático de lo que pudiera parecer.
Con ello no vengo a desanimarme más, como he dicho, el último paso fue asumir que la supervivencia es lo más importante, y en ello continúo.
En este tiempo a tono personal he podido ser consciente de cosas que antes no había notado por no haber salido de mi propio mundo. Ese propio mundo del que me fui ha sido sustituido por otro en el lugar en el que estoy, aunque sus características son las mismas ¿Es eso bueno? ¿Es que no es suficiente un cambio de entorno? No, yo soy así, ya me he dado cuenta, por fin, aunque de un modo u otro lo sabía.
Soy una persona a la que le encanta estar rodeada de familiares y amigos, pero que ama la soledad. No es algo normal, considero, pero siempre vuelvo a ella por voluntad propia.
Estoy en grupo, y nuevamente, con personas que no me conocen de nada, salgo señalada como el bicho raro del conjunto, la niña modosita que no hace nada fuera del orden, ¿Es eso malo? No, considero de nuevo, pero parece ser un hecho inusual que no está bien considerado o visto.
El adjetivo en el que siempre pienso es 'desubicada', una y otra vez me ha pasado, aunque en esta ocasión he dado con personas que me tienen en cuenta aun sabiendo cómo soy, y eso me reconforta mucho.
Disfruto con los amigos que tengo aquí aunque en ocasiones asuma el papel de espectadora, entiéndaseme, pero como digo, el volver a mi mundo me hace sentir tranquila a la vez que impaciente, impaciente por no entender qué tanto cuesta ENCONTRARTE.

Llevaba un tiempo pensando que el papel de Candy estaba ya demasiado machacado por mi parte. Pensé que debía dejar el papel de Sherlock Holmes y solo vivir mi vida, acorde a mi y no al resto del mundo.
Pensé que no tengo por qué seguir el guión de lo correctamente establecido, pero siento la obligación de acatarlo, ¿Eso es hacerse mayor? Siempre me han considerado una persona mentalmente mucho mayor de lo que realmente soy, ¿Es quizás esa sobre-responsabilidad que me impongo la causante de todo? No creo que ese aspecto pueda cambiarlo, pues no me siento segura viviendo la vida como si fuera una sorpresa cada hora del día.

Con esto, vuelvo a dar vueltas a la misma idea que creo me trajo a abrirte por primera vez estuche, y con esta idea te vuelvo a cerrar, para dar buen descanso al día de hoy y buen madrugón al de mañana.